Las empresas pueden ser
clasificadas de diversas maneras, según el criterio elegido. Generalmente, los
especialistas eligen las clasifican de acuerdo a la economía de mercado a la
que pertenecen; el tamaño de la entidad; la actividad a la que se dedica o al
tipo de propietario que tenga.
Con respecto al tipo
de propietario, se puede establecer una distinción entre aquellas empresas que
estén en manos de una Persona Natural o bien, de una Persona
Jurídica:
A) Dentro de las
empresas en manos de una Persona Natural solo existe una clase de empresa:
Unipersonal: En este
tipo de entidades, es el propietario quien asume, de manera ilimitada y a
título personal, todas las obligaciones. Esto significa que, en caso de deuda u
otra clase de obligación de la empresa, es responsabilidad del propietario,
quien lo garantiza por medio de sus bienes personales o patrimonio a su nombre.
Las empresas Unipersonales se caracterizan por tener un único dueño y es
justamente éste el que responsabiliza por el desempeño y manejo de la empresa.
B) Las empresas
constituidas por una Persona Jurídica pueden ser de múltiples
maneras. De acuerdo al tipo de persona que se elija, las obligaciones, las
responsabilidades, los derechos y las actividades quedarán condicionados.
Dentro de estas empresas se identifican las siguientes:
Sociedad Anónima
(S.A.): En estas empresas, cualquier persona puede acceder a la compra de
sus acciones, que se caracterizan por ser transferibles y negociables. Además,
en las sociedades anónimas, la responsabilidad de sus socios es limitada. Esto
significa que sólo deben responder por el capital aportado. Las sociedades como
estas no tienen tope máximo de socios pero sí un mínimo de dos. Además de esto,
su capital no está compuesto por participaciones sociales, sino por acciones.
Por último, las S.A. cuentan con un directorio, una gerencia y una junta
general, tres órganos que se reparten las tareas vinculadas con lo legal y lo
administrativo.
Sociedad de
Responsabilidad Limitada (S.R.L.): En empresas como esta, sus socios también
poseen responsabilidad limitada (de allí su nombre), por lo que sólo deben
responder con el patrimonio o capital aportado a la institución. A diferencia
de las S.A., en las S.R.L., sí hay un límite máximo de socios, que es de 20. En
el caso de socios mínimos, también es de dos personas. Otra diferencia que
tiene con las sociedades anónimas es que dentro de los órganos de mando no
cuenta con un directorio. La representación y la administración de la empresa
quedan en manos de la gerencia y la junta general, que no necesariamente deben
ser socios. Las S.R.L. no cotizan en la bolsa, sino que son representadas por
participaciones indivisibles, acumulables e iguales.
En
comandita o Comanditarias (S en C): En estas empresas pueden
contar con dos clases de socios. Por un lado, los comanditarios de
responsabilidad limitada, que sólo responden por su capital aportado. Por otro
lado, los colectivos que poseen responsabilidad ilimitada. Empresas de esta
clase no cuentan con gerencia así como tampoco directorio. La junta general de
socios es el único órgano de mando y son los propios
socios comandito los que se encargan tanto de la representación
como de la administración de su empresa. Las empresas con sociedad comanditaria
pueden tener acciones así como también representaciones sociales en la
conformación de su capital. Con respecto al número de socios, deben ser al
menos dos, pero no se establecen límites máximos.
Cooperativas: Las
empresas de este tipo se caracterizan por no tener fines de lucro, como sí lo
tienen las anteriores. La meta de estas empresas es la satisfacción de ciertos
intereses o necesidades de los cooperativistas que, al mismo tiempo, son
quienes ocupan los distintos puestos de empleo. En algunos casos, se da que los
cooperativistas son también los clientes e incluso proveedores de la entidad.
Sociedad Colectiva
(S.C.): En estas empresas, sus socios, que deben ser al menos dos, tienen
obligaciones que se encuentran limitadas al capital que hayan aportado. Estos
socios se ven comprometidos a participar, con las mismas obligaciones y
derechos, de la gestión de la institución. En las sociedades colectivas, los
grupos que las conforman suelen ser uniformes y tener metas y objetivos en
común. Por lo general, suelen estar compuestas por miembros de una misma
familia o por personas que tienen confianza entre sí. Además, las empresas de
esta clase no cotizan en bolsa, sino que su capital está compuesto por
participaciones sociales. En relación a la administración y representación de
la empresa, esta queda en manos de todos los socios, que conforman la junta
general. Es por esto que no cuentan con una gerencia ni con un directorio.
Sociedad Anónima Cerrada
(S.A.C.): A diferencia de las anteriores, las S.A.C. sólo cotizan en
bolsa, por lo que su capital no está compuesto por participaciones sociales.
Empresas como éstas tienen un máximo de veinte socios y un mínimo de dos. El
gerente general es el encargado de la administración de la empresa mientras que
queda en manos del directorio la representación legal de la entidad.
Sin fines de
lucro: en empresas de esta clase, sus excedentes, es decir la diferencia
entre ingresos y gastos, son destinados a la propia entidad, a fin de fomentar
su desarrollo.
Con fines de lucro: a
diferencia de las anteriores, las empresas con fines de lucro destinan sus
excedentes a los accionistas o propietarios de la misma.
Según el ámbito de
actividad, existen los siguientes tipos de empresas:
Trasnacional: estas
empresas se constituyen en varios países, más allá del de origen. Esto hace que
no sólo compren y vendan en diversos países, sino que también llevan adelante
actividades de producción en los distintos destinos. Esto puede deberse a que
la mano de obra sea más barata, haya menos regulaciones o que los impuestos
sean menores que en sus países de origen, lo que vuelve más rentable la
actividad.
Multinacionales: estas
entidades introducen sus servicios o productos en diversos puntos del planeta,
más allá de su país de origen.
Nacionales: en este
caso, las actividades de la entidad, así como también aquello que ofrecen, se
vuelca en todo o casi todo el suelo de un país.
Regionales: las
ventas y actividades de estas empresas tienen un alcance algo más limitado, ya que
involucran regiones o provincias de un país.
Provinciales: como su
nombre indica, su campo de acción queda limitado a una determinada provincia o
estado, de acuerdo a la organización del país.
Locales: las empresas
como estas operan y ofrecen sus servicios o productos al interior de un
determinado municipio, pueblo o ciudad.
De acuerdo
al propietario del capital se pueden identificar tres empresas
diferentes:
Pública: en esta
clase de empresa su capital es propiedad del Estado, siendo este el que
financia las actividades llevadas adelante por la entidad. Cuando se habla de
Estado, se hace referencia tanto al municipal como al provincial o nacional.
Privada: a diferencia
del caso anterior, y como indica su nombre, en las empresas como estas el
capital es propiedad de privados.
Mixtas: en este caso,
los capitales están en poder de particulares y del Estado, ya sea nacional,
municipal o provincial. El porcentaje en el que participan ambas partes varía
de acuerdo al caso y a los objetivos de la empresa.
Empresas jurídicas:
Las personas jurídicas nacen como consecuencia de un
acto jurídico (acto de constitución), según un sistema de mera
existencia, o bien por el reconocimiento que de ellas hace una autoridad u
órgano administrativo o por concesión. En ambos casos puede existir un
requisito de publicidad, como la inscripción en un registro público.
La persona jurídica necesita de órganos rectores de su
actividad. Al tratarse de un conjunto de bienes y derechos , es necesaria
la existencia de personas físicas que decidan el destino que se da a esos
bienes y las acciones que se vayan a tomar.
Los órganos se regulan por ley y por los
estatutos de la persona jurídica.
Tradicionalmente se ha rechazado la posibilidad de que
una persona jurídica tenga responsabilidad penal por un delito . En la
actualidad, sin embargo, existen ordenamientos donde es posible
sancionar penalmente a una persona jurídica por un delito. No obstante,
parte de la doctrina considera estas situaciones como propias del derecho
administrativo sancionador y no del derecho penal .
El tamaño de la
empresa también puede ser un atributo para clasificarlas:
Micro empresas: en
estas empresas, suele ocurrir que los equipos y las maquinarias utilizadas para
la fabricación de bienes sean pocos, mientras que los sistemas de producción,
artesanales. Además de esto, suelen ser entidades que están en manos de una
sola persona, quien es a la vez la que se encarga de tareas como la
administración, las finanzas, las ventas y la producción.
Pequeñas: el número
de individuos que conforman estas instituciones suele ser reducido. Además de
esto, son organizaciones que no tienen una posición dominante dentro del
mercado en el que se desenvuelven. Sumado a esto, si bien son creadas para
obtener rentabilidad, sus ganancias suelen tener un tope anual.
Medianas: aquí el
número de personas suele ser bastante más elevado, superando al menos los
cientos. Generalmente, las funciones y procedimientos que las integran están
automatizados y existen áreas y secciones destinadas a hacer tareas
específicas. Las empresas medianas suelen contar con la presencia de grupos
sindicales.
Grandes: en estas
empresas, el capital humano está conformado por miles de trabajadores,
sindicalizados. Además, manejan ventas y ganancias millonarias, al igual que
sus capitales y finanzas. Estas entidades cuentan con instalaciones propias y
sistemas de operación y administración sumamente avanzados. La ventaja que
tienen las grandes empresas es facilidad a la hora de solicitar préstamos o
créditos a entidades financieras, ya sean internacionales o locales.
De acuerdo
al sector en el que se insertan, hay tres tipos de empresas
diferentes:
Sector terciario: las
empresas que se desenvuelven en este sector, también llamado de servicios,
suelen dedicarse a actividades que requieren trabajos físicos o intelectuales.
Aquí se suelen ubicar las entidades orientadas al transporte, la educación, la
salud, el turismo, los seguros, la administración, entre muchas otras.
Sector
secundario: también conocido como sector industrial, apunta a aquellas
instituciones que se dedican a procedimientos por medios de los cuales se
transforma la materia prima. Se ubican en este caso aquellas empresas que se
especializan en actividades como la construcción, la textil o la maderera.
Sector
primario: estas empresas, también llamadas extractivas, se dedican a
trabajar sobre aquellos productos que obtienen directamente de la naturaleza.
Aquí se incluyen las empresas dedicadas a la extracción de minerales, petróleo,
agua; así como también aquellas que se dedican a la pesca o a la caza, entre
otras actividades.
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